Una de las primeras cosas que muchos adultos notan al interactuar con una persona autista es la escasez de contacto visual. En niños, esto suele generar aún más preocupación:
“¿Por qué no me mira cuando le hablo?”
“¿Está ignorándome?”
“¿Tiene algo que esconder?”
Pero la verdad es que no mirar a los ojos no significa desinterés ni mala educación. Es, simplemente, otra forma de procesar la información.
La mirada como fuente de sobrecarga
Cuando una persona neurotípica mantiene contacto visual, su cerebro filtra y organiza sin esfuerzo toda la información visual, emocional y social que le llega.
Pero para muchas personas autistas, mirar a los ojos significa abrir una compuerta a demasiados estímulos: el brillo, el movimiento de las pupilas, las expresiones faciales, el contexto emocional… todo eso llega de golpe y satura su capacidad de atención.
Ejemplo real: la radio y el ventilador
Imagina que estás escuchando una conversación importante en la radio. Si a la vez enciendes un ventilador muy ruidoso, ¿podrías seguir prestando atención?
Para muchos autistas, mirar a los ojos es como encender ese ventilador mientras intentan escuchar. Prefieren apagarlo, mirar hacia otro lado, y así poder concentrarse en lo que estás diciendo.
No mirar ≠ no atender
Esta es la clave que muchas veces se olvida. Al no mirar, no están evadiendo.
De hecho, están haciendo un esfuerzo activo para concentrarse en el contenido de lo que dices, sin distracciones visuales.
Esto tiene un nombre: monotropía. El cerebro autista tiende a enfocarse intensamente en un solo canal de información. Y cuando la conversación es importante, ese canal suele ser la voz.
¿Y qué pasa con la sociedad?
El mundo espera contacto visual. Se interpreta como señal de sinceridad, de educación, de conexión emocional. Por eso, muchos autistas, especialmente niñas y mujeres, aprenden a “camuflarse”: fuerzan la mirada aunque les incomode, o simulan mirando entre los ojos o hacia la nariz.
Esto les pasa factura: ansiedad, agotamiento, sensación de actuar todo el tiempo. Y eso, con el tiempo, desgasta profundamente.
¿Se puede trabajar? ¿Hay solución?
Sí, pero no se trata de obligar a mirar, sino de ofrecer estrategias para que puedan sentirse cómodos sin dejar de entender las normas sociales si así lo desean. Algunas estrategias son:
- Mirar entre los ojos, o a la nariz.
- Fijarse en los labios para no perder la atención.
- Explicar al entorno que no mirar no significa no escuchar.
- Ofrecer espacios seguros donde no se exija contacto visual.
Lo importante: que puedan ser ellos mismos
Obligar a mirar a los ojos no enseña habilidades sociales. Enseña miedo.
Pero dar herramientas, validar su forma de procesar y permitirles comunicarse a su manera, eso sí construye una sociedad más humana.
Si esto te pasa con tu hijo y no sabes cómo acompañarle, puedo ayudarte. Cada día comparto herramientas prácticas para madres que necesitan entender mejor a sus hijos autistas y vivir en paz con su forma de ser.
¿Te gustaría compartir tu experiencia con otras madres que sí te entienden?
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Bibliografía y referencias
- Daniel González, activista autista.
- Doble Equipo (Valencia): materiales sobre procesamiento sensorial.
- Irene López Assor: comprensión del procesamiento emocional autista.
- Peter Vermeulen: Contexto ciego.
- Damian Milton: teoría de la doble empatía.
Espero que este post te haya ayudado. Si necesitas más ayuda, visita mi web:
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