Si eres mamá de un niño autista, seguramente ya lo has vivido: la misma canción una y otra vez, la misma frase repetida al infinito, o esa rutina que no se puede romper ni por un segundo. Y claro, llega el cansancio, la frustración y el no entender por qué parece imposible salir de ese bucle.
¿Te ha pasado alguna vez pensar: “¿Por qué no podemos simplemente cambiar de actividad sin dramas?”? Si es así, no estás sola. Hoy quiero ayudarte a comprender por qué la repetición es tan importante para tu hijo y cómo puedes gestionarla sin sentirte desbordada.
Por qué la repetición es tan importante para tu hijo
Imagina que te encuentras en medio de una ciudad extraña, donde todos hablan un idioma que no entiendes y todo ocurre demasiado rápido. De repente, encuentras un banco tranquilo, un rincón conocido que te permite parar y respirar. ¿No te quedarías ahí el mayor tiempo posible?
Para muchos niños autistas, la repetición cumple esa función: es su refugio, su manera de tener el control en un mundo que les resulta caótico. No es que tu hijo quiera desafiarte o agotarte, simplemente está buscando sentirse seguro.
Las rutinas y los patrones repetidos son como islas de estabilidad en un mar de incertidumbre. Cada vez que repite una canción, una palabra o un gesto, está anclándose a algo predecible.
Estrategias para gestionar la repetición sin perder la paciencia
1. Dale espacio para repetir, pero pon límites claros
Tu hijo necesita repetir, sí, pero eso no significa que deba monopolizar toda la dinámica familiar. Puedes decirle:
- “Vamos a escuchar esta canción tres veces, y luego ponemos otra que también te guste.”
- “Vamos a repetir esta palabra cinco veces, y después podemos contar otra cosa juntos.”
Así, le ayudas a estructurar la repetición, mostrándole que el control no se pierde, pero que también hay flexibilidad.
2. Participa en su repetición para conectar
En lugar de luchar contra el impulso de repetir, únete a él. Si siempre canta el mismo estribillo, canta con él. A veces, al sentir que compartes su interés, tu hijo puede estar más abierto a aceptar ligeras variaciones. Puedes introducir un pequeño cambio en el ritmo o añadir una palabra nueva. ¡Hazlo como un juego!
3. Aprovecha la repetición para enseñar algo nuevo
¿Le encanta repetir una palabra concreta? Úsala como punto de partida. Por ejemplo:
- Si siempre dice “coche”, puedes añadir: “¡Sí, coche rojo! ¿Vamos a buscar más coches rojos?”
- Si repite una canción, puedes hacer preguntas sobre la letra: “¿De qué habla la canción?”
El truco está en partir de lo que ya le interesa para ampliar su vocabulario o sus habilidades sociales.
4. Valida su necesidad de repetir sin sentir culpa
No estás fallando como madre si tu hijo repite. No es una cuestión de falta de autoridad ni de mala crianza. Es su manera de manejar el mundo. Decirle:
- “Entiendo que necesitas cantar esto otra vez porque te hace sentir bien.”
- “Sé que repetirlo te calma. Podemos hacerlo un rato más.”
5. Introduce cambios pequeños y graduales
Si la repetición se vuelve demasiado intensa o limitante, puedes introducir pequeñas variaciones:
- Añade una palabra nueva si siempre repite la misma frase.
- Ve el inicio de su escena favorita antes de llegar a su parte habitual.
- Añade un gesto similar cuando hace un movimiento repetitivo.
Conclusión: Respetar la repetición es cuidar su bienestar
No siempre podrás evitar que repita, y eso está bien. Entender que la repetición es su manera de calmarse te permitirá acompañarle con más paciencia y empatía. Lo importante es buscar el equilibrio: permitirle esa seguridad sin que se convierta en un obstáculo para su desarrollo.
Susana Ariza – Divulgadora de Autismo
Correo: susana@vivirelautismo.com
Web: vivirelautismo.com
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