Lo que nadie te explica sobre los niveles de apoyo
“¿Puede mejorar el diagnóstico de mi hijo? ¿Pasará de nivel 2 a nivel 1?”
Estas preguntas se repiten una y otra vez en los grupos de madres y padres. Porque cuando recibimos el diagnóstico, lo primero que queremos saber es si va a mejorar, si con ayuda podrá “bajar de nivel” y tener una vida más fácil.
Pero lo que no nos explican es que esos niveles no funcionan como etiquetas fijas ni como calificaciones escolares.
Y entender eso cambia por completo la manera en que miramos a nuestros hijos.
Cuando te dicen que tu hijo es “nivel 2” o “nivel 3”, es inevitable que lo sientas como un golpe.
Te preguntas si va a poder hablar, si irá a un cole normal, si podrá vivir de forma independiente algún día.
Y si te dicen que es “nivel 1”, te quedas con la duda de por qué, si supuestamente es leve, le cuesta tanto en el día a día.
Los niveles, en vez de ayudarte a entender, te generan más preguntas, más culpa y más miedo.
Muchas familias se obsesionan con bajar de nivel, como si fuera una especie de “meta”, y no se dan cuenta de que el objetivo no es que tu hijo encaje, sino que pueda vivir con bienestar siendo como es.
Desde 2013, el DSM-5 (el manual de diagnóstico usado internacionalmente) clasifica el autismo en 3 niveles de apoyo:
- Nivel 1: necesita apoyo
- Nivel 2: necesita apoyo sustancial
- Nivel 3: necesita apoyo muy sustancial
Esto no mide la “gravedad del autismo”, ni es un ranking.
Es simplemente una forma de decir cuánto apoyo necesita esa persona en ciertas áreas concretas: comunicación, socialización, flexibilidad, regulación emocional, etc.
Y aquí viene algo importante: una persona puede tener diferentes niveles en distintas áreas.
No se es “todo nivel 1” o “todo nivel 2”. Por eso los niveles no reflejan la complejidad de cada caso, ni su evolución a lo largo del tiempo.
Ejemplos para entenderlo mejor:
- Un niño puede hablar perfectamente (nivel 1 en comunicación), pero tener bloqueos diarios para ir al cole, enfrentarse a cambios o tolerar frustraciones (nivel 2 en autorregulación).
- Una niña puede adaptarse bien en casa (nivel 1 en entorno familiar), pero necesitar apoyo constante en el aula para entender normas sociales o seguir el ritmo escolar (nivel 2 en contexto escolar).
- Un adolescente puede ser autónomo para algunas cosas, pero necesitar acompañamiento total cuando se trata de tomar decisiones, relacionarse o manejar la ansiedad.
¿Se puede cambiar de nivel?
Sí, y no.
Los niveles no son fijos, pero no porque el autismo desaparezca, sino porque:
- las personas aprenden habilidades con el tiempo,
- los entornos se adaptan mejor,
- o al revés: hay épocas de más estrés, ansiedad o sobrecarga que hacen que la persona necesite más apoyo que antes.
Una misma persona puede parecer más autónoma en casa y mucho más desbordada en el colegio. O tener una época en que todo está más tranquilo y luego otra en que las demandas la superan.
Por eso no tiene sentido usar los niveles como etiquetas cerradas. El nivel no es la persona, es una descripción momentánea de cuánto apoyo necesita y en qué condiciones.
Lo que importa no es si tu hijo “baja de nivel”.
Lo que importa es si puede estar en un entorno donde lo entiendan, lo respeten y le ofrezcan los apoyos que necesita para crecer a su ritmo.
Los niveles no definen su futuro. Solo nos ayudan a saber por dónde empezar a acompañarle mejor.
Y ese acompañamiento empieza por mirarle sin miedo, sin metas que no son suyas, y sin comparaciones.
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📚 Bibliografía:
– American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5).
– Vermeulen, P. (2012). Autism as Context Blindness.
– Prizant, B. (2015). Uniquely Human: A Different Way of Seeing Autism.
– Walker, N. (2021). Neuroqueer Heresies.
Susana Ariza Cantero
Divulgadora de autismo
susana@vivirelautismo.com
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