Vivir el Autismo

“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

Educar con calma: la clave para acompañar a tu hijo autista

Educar a un hijo nunca es fácil, y cuando hablamos de un niño autista, la paciencia y la calma se vuelven aún más importantes. Como padres, muchas veces sentimos la presión de reaccionar rápido, de corregir, de intervenir, pero en realidad, lo que más necesitan nuestros hijos es un entorno sereno donde puedan desarrollarse a su ritmo.

¿Por qué la calma es tan importante?

1. Regulación emocional compartida

Los niños autistas son altamente sensibles a nuestro estado emocional. Si nosotros estamos nerviosos, ansiosos o frustrados, ellos lo perciben y pueden responder con más estrés, sobrecarga sensorial o incluso colapsos. Mantenernos calmados les ayuda a encontrar estabilidad.

2. Más oportunidades de aprendizaje

La impulsividad nos lleva a reaccionar en lugar de reflexionar. Cuando educamos con calma, podemos observar mejor lo que realmente necesita nuestro hijo en cada momento, en lugar de actuar por inercia o por la urgencia de la situación.

3. Menos colapsos y crisis

Los niños autistas pueden sentirse abrumados con facilidad. Un ambiente tranquilo y predecible les ayuda a gestionar mejor sus emociones y a evitar llegar a puntos de saturación.

4. Favorece la confianza y el vínculo

Cuando un niño siente que puede equivocarse sin miedo a una reacción exagerada, se siente más seguro para explorar, aprender y comunicarse. La calma transmite confianza y seguridad.

Cómo aplicar la calma en la educación diaria

• Respira antes de reaccionar. Si algo te genera frustración, date unos segundos antes de responder.

• Adapta tu comunicación. Habla con un tono pausado, con frases claras y sencillas.

• Crea rutinas predecibles. La organización reduce la ansiedad y hace que todo fluya mejor.

• Busca tu propia regulación. La paciencia se construye cuidando también tu propio bienestar.

Educar con calma no significa ser perfectos ni tener una paciencia infinita en todo momento, pero sí ser conscientes de que nuestra actitud influye en el bienestar de nuestros hijos. Y cuando criamos desde la calma, creamos un entorno donde pueden florecer.

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Susana Ariza

Coach en Neurodiversidad | Madre de autista | Divulgadora de autismo

www.vivirelautismo.com


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