
Por qué no debemos detener las estereotipias en los niños autistas y cómo los ayudan a autorregularse
Cuando hablamos del autismo, uno de los aspectos más visibles y a menudo incomprendidos son las estereotipias o movimientos repetitivos como aletear las manos, balancearse, girar, saltar o hacer sonidos repetitivos. Aunque estas conductas pueden parecer inusuales para el entorno, tienen un propósito fundamental para los niños autistas: la autorregulación.
¿Qué son las estereotipias y por qué suceden?
Las estereotipias son movimientos repetitivos que los niños (y adultos) autistas realizan de manera inconsciente o consciente. Son una forma de regular el sistema nervioso ante un exceso o falta de estímulos sensoriales. Esto puede ocurrir en situaciones de estrés, emoción, aburrimiento o simplemente cuando el entorno se vuelve abrumador.
Para un niño neurotípico, jugar con una cuerda, moverse en una silla o tararear puede ser suficiente para liberar tensión. En los niños autistas, las estereotipias cumplen una función similar:
• Regulación emocional y sensorial: Permiten descargar energía, reducir la ansiedad o filtrar estímulos que pueden ser difíciles de procesar.
• Conexión con el entorno: Les ayuda a encontrar estabilidad en un mundo que, a veces, puede sentirse caótico o abrumador.
• Comunicación y expresión: En muchos casos, pueden ser una expresión genuina de emoción, como felicidad o entusiasmo.
El error de intentar detenerlas
Muchas veces, por desconocimiento, se tiende a corregir o frenar estas conductas. Sin embargo, pedirle a un niño autista que deje de realizar sus estereotipias puede tener efectos negativos:
1. Aumenta el estrés y la ansiedad: Al perder su herramienta natural de regulación, el niño queda expuesto a una sobrecarga emocional.
2. Sensación de rechazo: Intentar detener las estereotipias envía un mensaje implícito de que deben cambiar o esconder quiénes son.
3. Pérdida de regulación: Sin la oportunidad de “regularse”, el niño puede experimentar más crisis o comportamientos disruptivos.
Respetar y acompañar
La clave está en comprender y respetar estas conductas. Aquí algunas pautas:
• Observa cuándo ocurren: ¿Es una reacción ante un entorno ruidoso, nuevas situaciones o exceso de información? Esto puede ayudarte a entender qué necesita el niño en ese momento.
• Crea espacios seguros: Si las estereotipias resultan llamativas para los demás, crea un entorno donde el niño se sienta libre de ser él mismo sin ser juzgado.
• Valida sus emociones: Acepta las estereotipias como parte de su manera única de interactuar y autorregularse.
Conclusión
Las estereotipias no son algo negativo que debamos eliminar. Al contrario, son una herramienta valiosa que los niños autistas utilizan para encontrar equilibrio en su día a día. Acompañar y respetar estas conductas es fundamental para su bienestar emocional, físico y social.
Como padres, cuidadores y profesionales, nuestra misión no es cambiar quiénes son, sino brindarles un entorno seguro y comprensivo donde puedan regularse y desarrollarse plenamente.
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