Vivir el Autismo

“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

Cómo preparar una rutina diaria flexible para niños autistas

La rutina diaria es fundamental para niños autistas, ya que proporciona previsibilidad y seguridad, elementos clave para reducir la ansiedad. Sin embargo, también es importante mantener cierta flexibilidad para adaptarse a imprevistos y fomentar la adaptación al cambio. Aquí te dejo una guía paso a paso:

1. Comprender las necesidades del niño

Antes de diseñar una rutina, es esencial observar y entender:

Sus actividades preferidas.

Las horas en las que está más alerta o cansado.

Sus posibles desencadenantes sensoriales.

Por ejemplo, algunos niños pueden necesitar periodos de descanso tras actividades que exijan mucha energía.

2. Crear una estructura visual

Los niños autistas suelen beneficiarse de apoyos visuales. Puedes usar:

Tableros visuales con pictogramas que representen cada actividad.

Calendarios de colores para marcar días especiales o cambios anticipados.

Relojes visuales para enseñar el concepto del tiempo.

Ejemplo de rutina visual:

🛌 Despertar y vestirse.

🍎 Desayuno.

📚 Tiempo de aprendizaje o terapia.

🏃‍♂️ Juego al aire libre.

🎨 Actividad creativa (dibujo, plastilina).

🛀 Rutina nocturna: baño, cena, y lectura.

3. Introducir transiciones suaves

Las transiciones entre actividades pueden ser difíciles. Para facilitar el cambio:

Usa una alarma visual o sonora cinco minutos antes de la transición.

Crea una frase sencilla como: “En cinco minutos guardamos los juguetes”.

Ofrece un objeto de transición, como un juguete favorito, para pasar de una actividad a otra.

4. Planificar momentos de flexibilidad

Aunque la rutina es importante, enseñar a adaptarse al cambio también lo es. Para ello:

Incluye actividades abiertas o sin una estructura rígida, como tiempo de juego libre.

Introduce pequeños cambios de forma gradual, explicando siempre qué pasará.

Por ejemplo, si suelen jugar en casa después de la merienda, un día puedes sugerir ir al parque, anticipándoselo con tiempo.

5. Incorporar estrategias de autorregulación

Es vital incluir momentos para que el niño pueda gestionar sus emociones o regularse:

Una zona tranquila para descansar.

Acceso a herramientas sensoriales (pelotas antiestrés, auriculares).

Actividades que le ayuden a calmarse, como escuchar música o balancearse.

6. Revisar y ajustar la rutina regularmente

La rutina debe evolucionar con el niño. Pregúntate:

¿Funciona para cubrir sus necesidades actuales?

¿Hay actividades que ya no le interesan?

¿Es necesario añadir nuevas habilidades o responsabilidades?

Consejo final: involucrar al niño

Siempre que sea posible, incluye al niño en la planificación. Déjale elegir entre dos opciones para actividades o tareas, lo que fortalecerá su sentido de autonomía.

Ejemplo:

“¿Prefieres dibujar o jugar con plastilina después de la merienda?”

Conclusión

Diseñar una rutina diaria flexible no solo ayuda al niño a sentirse seguro, sino que también les da a las familias una estructura para manejar mejor el día a día. Al combinar predictibilidad con pequeñas dosis de cambio, ayudas a tu hijo a desarrollar confianza y habilidades para adaptarse al mundo que le rodea.

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