
La adolescencia es un terremoto de cambios para cualquier joven. Pero si tu hijo es autista, es probable que esté viendo una transformación aún más intensa y, en muchos casos, abrumadora. Lo que antes eran desafíos manejables ahora pueden convertirse en montañas difíciles de escalar, y lo que antes parecía estable puede tambalearse de un día para otro.
Si sientes que esta etapa ha traído más preguntas que respuestas, quiero decirte algo importante: no estás sola. Muchas familias atraviesan este camino con dudas, miedo y cansancio, pero también con amor, aprendizaje y crecimiento. Hoy quiero hablarte de lo que realmente significa la adolescencia en el autismo y cómo podemos acompañar a nuestros hijos en este viaje sin perder la calma (o al menos intentarlo).
Un Cuerpo en Cambio, un Mundo que se Descontrola
Los cambios físicos de la adolescencia pueden ser difíciles de asimilar para cualquier joven, pero en el caso de los adolescentes autistas, la intensidad de estas transformaciones se multiplica.
Imagínate que ya de por sí el mundo es un lugar caótico y ruidoso, y de repente tu propio cuerpo también empieza a cambiar sin previo aviso. La voz se vuelve más grave, aparecen nuevos olores y texturas en la piel, los músculos crecen, la cara se llena de vello, y las hormonas parecen revolucionarlo todo. Para muchos chicos, esto es abrumador.
Es posible que empieces a notar más irritabilidad, ansiedad o incluso conductas impulsivas. Y no porque tu hijo quiera portarse mal, sino porque su cuerpo y su mente están atravesando un torbellino que no sabe cómo manejar. No lo hace a propósito, lo está sintiendo todo demasiado fuerte.
Explosión Emocional: Más Intensidad, Más Sensibilidad
Si en la infancia tu hijo ya tenía dificultades para regular sus emociones, en la adolescencia esto puede intensificarse.
-La frustración puede volverse incontrolable.
-La ansiedad puede estar presente casi todo el tiempo.
-Los cambios de humor pueden ser extremos y difíciles de predecir.
-La necesidad de control puede aumentar, haciendo que los cambios en la rutina sean aún más desafiantes.
Algunos chicos pueden volverse más rígidos, perfeccionistas o exigentes consigo mismos. Otros pueden desarrollar respuestas agresivas o encerrarse en sí mismos. Y hay quienes se refugian aún más en sus intereses especiales, dedicándoles horas y horas porque allá es donde se sienten seguros.
Y aquí está la clave: No se trata de cambiar a nuestros hijos ni de forzarlos a encajar en moldes imposibles. Se trata de darles herramientas para entenderse mejor a sí mismos y encontrar estrategias que les ayuden a transitar esta etapa sin tanto sufrimiento.
Adolescencia y Autismo: Un Coctel de Identidad y Desafíos Sociales
Si tu hijo está empezando a preguntarse.Quien soy?¿por qué soy diferente?¿por qué me cuesta tanto lo que a otros les parece fácil? es completamente normal.
La adolescencia es la etapa en la que empezamos a definir nuestra identidad y, en el caso de los chicos autistas, este proceso puede traer muchas emociones encontradas.
Por un lado, pueden empezar a notar con más claridad que no encajan en ciertos espacios sociales. Por otro, pueden desarrollar una mayor conciencia de sí mismos y querer comprender mejor su forma de ser. Aquí es cuando algunos adolescentes empiezan a interesarse en el concepto de neurodiversidad y a buscar explicaciones sobre su manera de pensar y sentir.
Para muchos, esta etapa también trae soledad. La presión social aumenta, las amistades cambian y la escuela puede volverse un lugar hostil. Si tu hijo ha sido etiquetado como “raro” o si ha vivido situaciones de rechazo, es posible que empiece a aislarse aún más. No porque no quiera amigos, sino porque el mundo social puede sentirse como un rompecabezas sin sentido.
El Peligro Silencioso de la Depresión
Aqui quiero hacer una pausa importante. Muchos adolescentes autistas experimentan depresión, pero no siempre se nota de la forma en que esperamos.
En lugar de expresar tristeza abiertamente, la depresión en el autismo puede manifestarse de otras maneras:
1. Aislamiento extremo: Se encierran en su mundo y rechazan cualquier interacción.
2. Aumento de conductas repetitivas: Se aferran a sus rutinas con más rigidez que nunca.
3. Explosiones de ira o irritabilidad constante.
4. Desinterés por actividades que antes disfrutaban.
5. Resistencia total al cambio.
Si notas estas señales en tu hijo, no lo minimices. Hablar con un profesional especializado en neurodiversidad puede marcar una gran diferencia.
Como Podemos Acompañarlos sin Perdernos en el Intento?
Sabemos que la adolescencia autista puede ser un camino complicado, pero también hay formas de hacerla más llevadera. Aquí algunas estrategias que pueden ayudarte:
- Valida sus emociones.
Aunque su reacción te parezca exagerada, para éll es real. No le digas eso no es para tanto, mejor ayúdalo a poner en palabras lo que siente. - Dale estructura, pero con flexibilidad.
No intentes eliminar sus rutinas, pero sí enséñale poco a poco que el mundo es cambiante y que puede adaptarse. - Fomenta la comunicación a su ritmo. Si no quiere hablar en ese momento, dale tiempo. Puedes usar notas, dibujos, mensajes de texto o cualquier otro medio que le ayude a expresarse sin presión.
- Ayúdalo a encontrar su tribu. No tiene que encajar con todos, pero sí puede encontrar personas con quienes compartir sus intereses sin sentirse juzgado. Grupos en línea o actividades relacionadas con sus pasiones pueden ser un buen punto de partida.
- Pon atención a los signos de ansiedad y depresión . No des por hecho que está bien solo porque no se queja. Observa sus cambios de comportamiento y busca apoyo si lo necesitas.
- Enséñale a cuidar su bienestar. Hábitos como una alimentación equilibrada, actividad física adaptada a sus gustos y rutinas de descanso pueden marcar una gran diferencia en su estabilidad emocional.
No Estás Sola en Este Camino
Si hay algo que quiero que te lleves de este artículo es que la adolescencia en el autismo no es una batalla que hay que ganar, sino un proceso que hay que acompañar.
Nuestros hijos no están rotos, no necesitan ser arreglados ni encajar a la fuerza en un mundo que no siempre los comprende. Lo que necesitan es apoyo, comprensión y herramientas para vivir esta etapa de la manera más saludable posible.
Si sientes que este proceso te supera, que te faltan herramientas o que necesitas apoyo, en Vivir el Autismo estoy aquí para acompañarte. No tienes que hacerlo sola.
¿Cómo estás viviendo esta etapa con tu hijo? Qué estrategias te han funcionado? Te leo en los comentarios.
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Susana Ariza
Coach especializada en Neurodiversidad
“Vivir el Autismo”
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