
Introducción
Ir al dentista puede ser una experiencia abrumadora para muchos niños autistas. El entorno nuevo, los sonidos fuertes y la sensación de perder el control pueden generar mucha ansiedad. Sin embargo, con una preparación adecuada, podemos transformar esta situación en una experiencia más llevadera y positiva.
Antes de la visita: Preparación en casa
Ensayo en casa
Realiza simulaciones de la visita al dentista en casa. Usa un espejo y finge ser el dentista mientras tu hijo abre la boca. Deja que él también juegue a ser el dentista contigo o con sus juguetes. Utiliza un cepillo de dientes y explica que el dentista revisará los dientes de manera similar.
Practica palabras como «abrir la boca», «esperar», «contar hasta cinco» y «limpiar los dientes».
Familiarización con el entorno
Busca fotos o vídeos de la clínica dental y del dentista para que el niño sepa a dónde va. Si es posible, visita el lugar antes para conocer al personal y ver la sala de espera.
Anticipación visual
Usa una historia social con imágenes para explicar cada paso: llegar al dentista, esperar en la sala, subir a la silla, abrir la boca, y recibir elogios al final.
Durante la visita: Estrategias para el momento
Apoyos sensoriales
Lleva auriculares si el ruido es un problema. Una manta o juguete de confort puede ayudar a sentirse más seguro.
Involucrar al niño
Pide al dentista que explique los pasos antes de realizarlos y que permita al niño tocar los instrumentos si lo desea.
Refuerzo positivo
Cada vez que el niño colabore, elógialo con frases como «¡Lo estás haciendo muy bien!» o «¡Eres muy valiente!».
Después de la visita: Consolidando la experiencia positiva
Conversación de cierre
Habla sobre lo que salió bien y lo valiente que fue al enfrentarse a una situación nueva. Refuerza lo positivo y resalta el esfuerzo realizado.
Mantén el hábito
Practica en casa con regularidad lo aprendido para que el próximo control sea más predecible.
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