En el mundo del autismo, hay una frase que puede cambiarlo todo:
“Presume competencia.”
Dicho de otra forma: trata a la persona autista como si pudiera, incluso cuando no tienes evidencia de que puede… todavía.
Esto no es sobre exigir ni sobre forzar. Es una cuestión de dignidad, respeto y oportunidad.
Porque si no partimos de esa base, ya le estamos cerrando puertas.
¿Qué significa presumir competencia?
Significa asumir que la persona autista entiende más de lo que parece, que tiene intención, pensamiento, lenguaje interno, emociones complejas…
Incluso si no habla, incluso si no responde como se espera.
Significa decir:
“Yo no sé lo que tú puedes llegar a hacer, pero no voy a limitarte con mis prejuicios.”
Ejemplo: Mateo, 6 años, no verbal
Mateo no habla. Usa algunos gestos y pictogramas. En su cole le hacen actividades básicas, repiten palabras, le ponen fichas de unir. Pero un día, su madre se da cuenta de que Mateo resuelve puzles complejos en el móvil sin ayuda.
Y no solo eso: reconoce palabras escritas que nadie le había enseñado.
¿Por qué nadie lo sabía?
Porque nadie le había dado una oportunidad real de demostrarlo.
¿Qué pasa cuando no presumimos competencia?
- Usamos un lenguaje infantil que no respeta su edad ni su madurez interna.
- No les ofrecemos experiencias ricas, porque “no las van a entender”.
- Les dejamos en actividades mecánicas y repetitivas, sin reto, sin sentido.
- Y lo peor: ellos lo perciben. Se sienten tratados como si no valieran.
Pero… ¿y si me equivoco?
Presumir competencia no significa ignorar las dificultades reales.
Significa acompañar con expectativas altas y apoyos reales.
El error más grave no es asumir que puede y equivocarte.
El verdadero error es asumir que no puede… y tener razón. Porque lo dejaste sin opciones.
Ejemplo: Clara, adolescente autista con TDAH
Clara tiene dificultades para seguir una clase normal. Se distrae, se levanta, a veces no entrega tareas.
Los profesores piensan que “no le interesa”. Pero una profe decide hablarle como a una adulta. Le explica los temas con metáforas, le da tiempo extra, le permite trabajar en casa.
Resultado: Clara comienza a participar, se interesa por temas complejos, y crea un proyecto sobre astronomía.
No es magia. Es presumir competencia y adaptar el camino.
Cómo se ve esto en casa
- Le hablas a tu hijo como a un igual, aunque no te conteste.
- Le explicas lo que pasa, aunque no sepas cuánto entiende.
- Le das materiales interesantes, no solo fichas repetitivas.
- Le das margen para expresarse con apoyos, sin asumir que “no sabe”.
Y si no lo demuestra, ¿qué?
Hay muchas razones por las que un niño no muestra lo que sabe:
- Problemas de comunicación.
- Ansiedad o miedo al error.
- Entornos que no respetan su ritmo.
- Dificultades motoras para ejecutar lo que sí ha comprendido.
Presumir competencia es confiar en que hay más dentro, aunque todavía no lo veamos.
Una historia real: Carly Fleischmann
Carly era no hablante. Durante años, fue tratada como si no entendiera nada.
A los 11 años, escribió en un ordenador: “Ayuda. Dolor. Duele.”
Desde entonces, escribe, se comunica, y ha dado conferencias sobre autismo.
¿Y si nadie le hubiera dado acceso a un teclado?
¿Y si todos hubieran asumido que no podía?
Conclusión
Presumir competencia no es una técnica, es una decisión ética.
Es mirar a tu hijo y pensar:
“Puede que aún no lo haya mostrado, pero está ahí. Yo voy a ayudarle a sacarlo.”
Y esa mirada lo cambia todo. Porque cuando alguien cree en ti, te empiezas a creer tú también.
Si esto te pasa y no sabes qué más hacer, acompaño a madres en tu situación. Escríbeme y vemos si te puedo ayudar.
#autismo #presumircompetencia #neurodivergencia #inclusión #vivirelautismo
Susana Ariza Cantero
Coach en Neurodiversidad – Fundadora de Vivir el Autismo – Divulgadora de autismo
Susana@vivirelautismo.com
www.vivirelautismo.com
Deja una respuesta