La Tribu Dorada


“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

M.F.A. · Día 4 — De las terapias a la vida plena

Si tienes un hijo autista, es muy probable que en algún momento tu agenda haya girado alrededor de terapias: logopedia, psicología, integración sensorial, habilidades sociales, refuerzos escolares… De repente, la vida se mide en horas de sesión y en objetivos cumplidos. Y casi sin darte cuenta, tu hijo pasa a ser “un caso” en vez de una persona con una infancia que vivir.

Este día del Mes de la Felicidad Autista no va en contra de las terapias. Va en contra de una idea muy concreta: que la única forma de ayudar a un niño autista es llenarle la vida de trabajo y más trabajo. Porque cuando la balanza se inclina demasiado hacia ahí, algo se rompe: su bienestar, su alegría, su derecho a tener una vida plena.

Cuando la vida se convierte en agenda

Muchas familias reconocen el mismo patrón: cole por la mañana, comer deprisa, coche, terapia 1, terapia 2, quizá otra sesión online, tareas, duchas, pelea por ir a dormir. Al final del día, el niño está agotado. Y tú también.

La pregunta incómoda es: ¿en qué momento del día ha sido feliz? ¿Cuándo ha tenido un rato de juego libre sin exigencias? ¿Cuándo ha podido estar con su interés especial sin que nadie lo cortara para ir a “aprovechar la tarde”?

Si miras con sinceridad, muchas veces la respuesta duele. Casi no hay hueco. Lo que debería ser apoyo se convierte en una especie de cadena de montaje donde siempre falta algo, siempre hay algo a mejorar y nunca es suficiente.

Lo que una terapia no debería ser

Una terapia no debería ser un lugar donde tu hijo sale más cansado de lo que entra cada día. No debería ser un espacio donde tiene que disimular, aguantar ruidos, forzar contacto visual o repetir tareas que le generan ansiedad solo para que quede bien en un informe.

Tampoco debería girar alrededor de “quitar conductas” sin preguntarse primero qué está comunicando ese comportamiento. Ni puede centrarse solo en que parezca más neurotípico, aunque por dentro esté cada vez más roto.

Cuando una intervención se apoya en la presión constante, puede que veas cambios por fuera, pero el coste interno es enorme. Y ese coste casi siempre se paga en casa: más rabietas, más explosiones, más resistencia, más tristeza, más apagamiento.

Lo que sí puede aportar una buena terapia

Las terapias que suman tienen algo en común: respetan el bienestar del niño por encima de cualquier objetivo. Buscan ayudarle a entenderse mejor, a estar más regulado, a comunicarse con menos frustración, a moverse en un mundo que no siempre está hecho a su medida, pero sin pasar por encima de sus necesidades.

Una terapia que cuida puede ser, por ejemplo:

  • Un espacio donde puede expresarse sin juicio y sin prisas.
  • Un lugar donde su forma de ser no se corrige, sino que se comprende.
  • Un apoyo para entender mejor su perfil sensorial y darle recursos que también funcionen en casa.
  • Un acompañamiento para ti, donde te explican el porqué de lo que hace y no solo “lo que hay que conseguir”.

La diferencia está en la sensación con la que salís: cuando sales de una sesión y notas que tu hijo está más tranquilo, más entendido o más en paz, es muy distinto a cuando sale tenso, frustrado o apagado.

La pregunta clave: ¿qué tipo de vida estoy construyendo?

Imagina dentro de diez años. ¿Qué recordarás de esta etapa? ¿Que tu hijo ha pasado la infancia sentado en salas de espera, cumpliendo programas y haciendo ejercicios? ¿O que, con los apoyos necesarios, ha tenido tiempo de jugar, de equivocarse, de aburrirse, de disfrutar, de conectar con su familia y con lo que realmente le gusta?

Nadie quiere mirar hacia atrás y darse cuenta de que la infancia se fue entre informes y valoraciones, pero casi sin vida propia. Por eso este día va de frenar y preguntarte con honestidad: ¿están las terapias al servicio de la vida, o la vida al servicio de las terapias?

Cómo se ve una vida más plena en el día a día

Una vida plena no significa una vida perfecta, sin colapsos ni dificultades. Significa una vida donde, a pesar de los retos, hay espacio para el disfrute, la calma y el sentido. Puede verse así:

  • Una tarde a la semana sin ninguna actividad programada, solo para que él elija qué hacer.
  • Tiempo protegido para su interés especial, sin sentir que eso es “perder el tiempo”.
  • Menos obligaciones en días en los que ya va saturado de ruido, cambio o cansancio.
  • Ratos de juego compartido en casa donde nadie le corrige, solo le sigue el ritmo.
  • Momentos de naturaleza: caminar, tocar agua, sentir el viento, sin demandas sociales añadidas.
  • Un horario que incluya también descanso real para ti, no solo para él.

Nada de esto parece muy espectacular en un informe, pero es justo lo que sostiene el bienestar a largo plazo.

Revisar el peso de las terapias sin culpa

Si al leer esto te estás sintiendo culpable, respira. Has hecho lo mejor que sabías con la información que tenías. Nadie te enseñó otra forma. Casi todo el sistema está armado para que creas que, cuanto más trabajes a tu hijo, mejor será su vida.

Revisar no significa que todo lo de antes haya estado mal. Significa que, a partir de ahora, puedes tomar decisiones con otra mirada. Puedes reducir lo que no aporta y proteger lo que sí. Puedes hacer preguntas incómodas a los profesionales. Puedes decir “hasta aquí” si sientes que algo le desregula más de lo que le ayuda.

Un criterio sencillo para decidir

Cuando dudes, pregúntate tres cosas:

  • ¿Mi hijo sale de esto más tranquilo o más tenso?
  • ¿Lo que hace aquí respeta su forma de ser o intenta taparla?
  • ¿Esta terapia le da herramientas para vivir mejor o solo para parecerse más a los demás?

Si la respuesta sincera es que sale peor, que se siente menos él mismo o que solo sirve para maquillar, quizá es momento de ajustar. Quitar sesiones no es rendirse. Es cuidar.

Las cosas que de verdad dejan huella

Al final, lo que más marcará a tu hijo no será cuántas horas de intervención tuvo, sino cómo se sintió acompañado en su propia vida. Si se sintió respetado. Si pudo seguir sus intereses. Si tuvo espacios de calma. Si se sintió querido tal y como es, incluso cuando no podía con todo.

Las risas en el salón, los paseos tranquilos, los momentos en los que alguien se sentó a escuchar lo que le apasionaba, las veces que le proteges del ruido y del exceso… todo eso también es “trabajo”, aunque nadie lo ponga en un informe. Y, paradójicamente, es el trabajo que más felicidad construye.

De las terapias a la vida plena: un cambio de foco

Pasar “de las terapias a la vida plena” no es dejarlo todo y cruzarse de brazos. Es recolocar el foco. Es decidir que la prioridad ya no son los objetivos externos, sino la calidad de vida de tu hijo y de tu familia. Es usar las terapias como herramientas, no como centro de la existencia.

Una vida plena es aquella en la que tu hijo puede ser quien es, con apoyos, sí, pero sin perderse por el camino. Donde hay espacio para respirar, para disfrutar, para equivocarse y para descansar. Donde lo más importante no es cuánto progresa, sino cómo se siente mientras camina.

Ese es el tipo de vida que merece. Y también el tipo de vida que tú mereces cuidar.

🌟 ¿Te ha gustado este post? ¡Compártelo! 🌟

Si este contenido te ha ayudado, compártelo para que llegue a más familias. Así entre todos podemos cambiar la mirada que el mundo tiene sobre el autismo y dejar un futuro más empático para nuestros hijos.

🌐 ¿Quieres acceder a todo en un solo lugar?

En mi web tienes todas las ayudas de España explicadas paso a paso, además del blog con artículos diarios, guías prácticas, materiales descargables (pictogramas, historias sociales, comunicadores, agendas) y el nuevo mapa Autism Friendly en construcción.

👉 www.vivirelautismo.com


🚀 ¿Quieres unirte a la Tribu Dorada?

Una comunidad donde madres y padres de niños autistas por fin se sienten acompañados, comprendidos y sin culpa. Comparte tus dudas, encuentra respuestas reales y vive el autismo desde el amor y el respeto.

👉 Familias que Viven el Autismo


🧰 ¿Necesitas materiales gratuitos o quieres compartir los tuyos?

Aquí puedes pedir pictos, horarios visuales, tableros de comunicación y todo tipo de recursos útiles para el día a día.

👉 Vivir el Autismo – Pictos y Materiales


🇪🇸 ¿Vives en España?

Únete al grupo donde compartimos ayudas, trámites, deducciones y recursos oficiales adaptados al país.

👉 Familias que Viven el Autismo – España


🇲🇽 ¿Eres de México?

En este grupo encontrarás orientación sobre pensión por discapacidad, apoyos del gobierno, becas y recursos adaptados a tu país.

👉 Familias que Viven el Autismo – México


Susana Ariza Cantero
Defensora de la neurodiversidad, activista por la inclusión real y guía de familias que quieren comprender, no corregir.
📩 susana@vivirelautismo.com
🌐 www.vivirelautismo.com
🪪 Mi tarjeta de presentación

✨ Suscríbete y tendrás acceso a contenido exclusivo ✨

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *