“No todos los niños saben pedir una pausa. Pero su cuerpo sí lo grita.”
Muchos niños neurodivergentes no saben expresar con palabras que están sobrecargados. A veces, ni siquiera tienen conciencia de ello. Pero su cuerpo lo dice: se mueve más, aprieta las manos o los dientes, repite frases o sonidos, hace ruidos más fuertes, se vuelve irritable o incluso ríe de forma descontrolada.
Y otras veces… el cuerpo empieza a apagarse: se queda quieto, su mirada se pierde, responde en monosílabos o directamente se bloquea.
Esto no es “mal comportamiento”. Es autorregulación fallida. Es el sistema nervioso pidiendo auxilio, diciendo “necesito parar”.
¿Qué señales puedes observar?
- Cambios bruscos de humor sin razón aparente.
- Aumento de estereotipias (como aleteos, saltos o repetición de frases).
- Hipersensibilidad a sonidos, luces o texturas que normalmente tolera.
- Rechazo repentino al contacto físico o a hablar.
- Más torpeza motora o desorganización.
- Quedarse en blanco ante una pregunta simple.
- Decir “me duele la barriga”, “me quiero ir”, “estoy aburrido” (cuando en realidad está sobrecargado).
¿Qué puedes hacer cuando lo detectas?
Lo ideal es anticiparse, pero si ya ves que algo no va bien:
- Ofrece un espacio de calma: su manta favorita, un rincón con luces tenues, auriculares con música suave.
- Propón algo físico que no sea demandante: soplar una vela, apretar una pelota, balancearse.
- Permítele desconectarse sin presiones: decir “ahora no quiero hablar” o “puedo irme un rato” debe ser válido.
No lo tomes como desafío. Es un grito de ayuda en un idioma que aún está aprendiendo a traducir.
Haz una lista personalizada
Cada niño tiene sus propias señales. Empieza a observar: ¿Qué hace justo antes de desregularse? ¿Cómo se mueve? ¿Cómo cambia su tono?
Haz una lista en una libreta o en tu móvil, y úsala para ajustar el entorno o los tiempos. Esa lista será una brújula.
Lo que cambia todo
Cuando entiendes que tu hijo no “te desafía”, sino que lucha con algo interno que no sabe cómo manejar, cambia tu reacción.
Pasas de frustración a compasión. De castigo a acompañamiento.
Y eso cambia la dinámica familiar entera.
Tu hijo no necesita que lo adivines, solo que le observes sin juicio. Y eso ya lo estás haciendo.
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www.vivirelautismo.com
Susana Ariza Cantero
Coach en Neurodiversidad
Fundadora de Vivir el Autismo
Divulgadora de autismo
Susana@vivirelautismo.com
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Bibliografía y referencias
- Prizant, B. (2015). Uniquely Human
- Doble Equipo (Valencia). Formación sobre autorregulación y prevención.
- Daniel Millán López. Seminarios sobre señales de desregulación.
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