Vivir el Autismo

“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

¿Y si no fuera desobediencia… sino una forma de pedir ayuda?

“¿Y si todo ese ‘no me hace caso’ no fuera desobediencia… sino una forma de pedir ayuda?”

Hace poco alguien escribió algo que me tocó profundamente:
“Todos los niños, autistas o no, son seres con voz propia.”
Y no puedo estar más de acuerdo.

Pero también me hizo pensar:
👉 ¿Qué pasa cuando esa voz no se oye?
👉 ¿O cuando no llega de la forma que esperamos?
👉 ¿Y si no viene en forma de palabras?

🎧 No todos se expresan con palabras (pero todos comunican)

Una madre me contaba que su hijo no hablaba, pero cada vez que algo lo angustiaba, se mordía la manga de la camiseta. A veces lo hacía tan fuerte que la rompía.
Y lo primero que pensaron fue: “esto hay que corregirlo”.
Pero cuando miraron más de cerca, descubrieron que lo hacía justo antes de entrar en el supermercado. El ruido, la luz, la fila, el caos. Esa conducta era su forma de decir: “no puedo con esto”.

Otra mamá compartió que su hija autista repetía una y otra vez la frase “¡vamos a jugar otra vez!” de su dibujo animado favorito. Lo decía en bucle: en la comida, al irse a dormir, incluso en momentos de frustración. Al principio pensaban que era un simple eco sin sentido, algo que molestaba.
Pero con el tiempo entendieron que esa frase no era aleatoria: era su forma de decir “me estoy sintiendo mal, quiero volver a algo que me da seguridad”.
Era su forma de pedir contención.
Era comunicación. Solo que nadie la había entendido aún.

👂 Escuchar no es lo mismo que esperar respuestas lógicas

Muchos adultos escuchan solo si la respuesta es inmediata, verbal y “correcta”. Pero con muchos niños autistas, escuchar requiere más que oír:

  • Requiere observar.
  • Requiere traducir.
  • Requiere paciencia.
  • Y sobre todo, requiere soltar la expectativa de que respondan como tú lo harías.

Lo que desde fuera parece “desobediencia” muchas veces es sobrecarga.
Lo que se vive como “capricho” puede ser ansiedad.
Y lo que algunos llaman “falta de límites”, muchas veces es solo una necesidad legítima que no se ha entendido aún.

💛 Tener voz no es lo mismo que poder usarla

Sí, todos los niños tienen voz.
Pero no todos pueden usarla del mismo modo. Y cuando les pedimos que lo hagan “como se espera” o “como toca”, sin adaptar nada, sin interpretar nada… el resultado no es autonomía: es frustración.

La voz de un niño puede ser su mirada, su silencio, un gesto repetido, una rutina que necesita repetir, una palabra que aún no sabe pronunciar pero que grita desde su cuerpo.

Y si no la escuchamos así… entonces no la estamos escuchando.

🌱 ¿Qué significa acompañar a un niño con voz propia?

Significa dejar de exigir que hable como los demás para poder ser escuchado.
Significa acompañarlo con preguntas como:

  • ¿Qué me está queriendo decir con esta conducta?
  • ¿Qué está necesitando y no sabe cómo pedirlo?
  • ¿Estoy oyendo sus palabras… o también sus emociones?

Acompañar desde el respeto no es esperar que nos hablen “bien”.
Es estar disponibles para escuchar, aunque no hablen todavía.
Aunque su forma de hablar no se parezca a la nuestra.
Aunque su “sí” sea una mirada, y su “no” sea taparse los oídos.

✨ Frase para llevarte hoy

“Todos los niños tienen voz. Escucharla no siempre es fácil, pero ignorarla siempre duele.”

Si este post te ha hecho reflexionar, compártelo. Porque muchas veces lo que más necesitan nuestros hijos no es una terapia más…
sino un adulto que escuche lo que nadie ha querido escuchar. 💛

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Bibliografía:

  • Barry Prizant (2015). Uniquely Human: A Different Way of Seeing Autism
  • Damian Milton (2012). Double empathy problem
  • Peter Vermeulen (2015). Pensamiento autista, mundo neurotípico
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