«Yo no quería llegar a esto. Me duele pensar en darle medicación. Pero ya no sabemos qué más hacer.»
Si alguna vez has pensado algo así, no estás sola. Muchas familias llegan a este punto con miedo, con culpa, o con una mezcla de todo. Y es normal. Porque cuando se trata de nuestros hijos, queremos hacerlo bien. Queremos protegerlos. Y la palabra medicación a veces suena como derrota.
Pero no lo es. No tiene por qué serlo.
¿Es un fracaso recurrir a la medicación?
No. No es un fracaso. Es una herramienta más. Igual que una muleta no significa que hayas fracasado al caminar, o un cinturón de seguridad no significa que no sepas conducir, una medicación bien indicada puede ser un apoyo necesario para reducir el sufrimiento.
El problema no es la medicación en sí. El problema es cuando se usa sin comprensión, sin acompañamiento, sin explicación o como única vía. Y ahí es cuando deja de funcionar.
¿Cuándo puede ser necesaria?
- Autolesiones graves o constantes
- Agitación que impide el descanso o la convivencia
- Ansiedad extrema
- Insomnio severo
- Episodios de agresividad que ponen en riesgo al propio niño o a otros
En esas situaciones, una medicación bien ajustada puede ser como abrir una ventana en una habitación sin oxígeno. No es la solución final, pero puede crear el espacio necesario para respirar y empezar a acompañar de verdad.
¿Qué puede hacer (y qué no) una medicación?
Lo que puede hacer:
- Bajar el umbral de ansiedad
- Disminuir la impulsividad
- Mejorar el sueño
- Evitar colapsos constantes
- Permitir que el niño esté más receptivo
Lo que no puede hacer:
- No enseña habilidades
- No enseña a comunicarse
- No “cura” el autismo (ni debe hacerlo)
- No reemplaza una intervención respetuosa
La medicación no es la casa: es un andamio.
¿Y los efectos secundarios?
- Somnolencia
- Rigidez muscular
- Aumento de peso
- Cambios de humor
- Apatía emocional
Por eso es tan importante tener un buen acompañamiento médico. Y no conformarse si algo no va bien. Si el niño se apaga, no está funcionando.
Medicaciones comunes en autismo (solo a nivel informativo)
- Risperidona y Aripiprazol (para irritabilidad)
- Zuclopentixol (en casos de agitación intensa)
- Quetiapina, Olanzapina, Valproato (estabilizadores)
- Melatonina (trastornos del sueño)
- Antiepilépticos usados para estabilizar el estado de ánimo
Cosas que tienes que saber (aunque no siempre se dicen)
Este tipo de medicamentos no son fáciles de dejar. Igual que estabilizan el cerebro en muchas ocasiones, pueden desestabilizarlo al retirarlos. Es como si caminaras con muletas mucho tiempo… y un día te las quitan sin previo aviso. El cuerpo se tambalea. La mente también.
Por eso, cualquier retirada debe hacerse con mucho cuidado, poco a poco y siempre con supervisión médica.
A veces los padres llegamos a la consulta agotados. Dormimos poco, estamos angustiados. Y con tal de que nos escuchen, exageramos un poco lo que está pasando. No por mentir, sino porque estamos al límite.
Pero eso puede ser un error. Porque entonces el psiquiatra receta algo para una realidad que no es del todo exacta. Y puede que estemos medicando una situación puntual, que en otros momentos podría manejarse con apoyos más suaves o con una intervención respetuosa.
Siempre que puedas, ve con la verdad más exacta posible.
Una decisión que se toma con amor, no con resignación
Pedir medicación no es rendirse. Es decir: ya no puedo más sola, y mi hijo necesita ayuda. Y eso es valiente.
A veces, para que un niño pueda aprender a nadar, primero hay que sacarlo del agua donde se está ahogando.
Eso es la medicación en estos casos: una mano que sostiene mientras construimos lo demás.
“No es lo mismo medicar para ayudar que medicar para apagar. Y eso solo lo podemos decidir con los ojos bien abiertos.”
¿Y si pudieras ayudar a cambiarlo todo?
Si alguna vez has pensado: “Ojalá esto fuera más fácil para mi hijo”… te digo algo de corazón: sí puedes hacer que lo sea.
¿Cómo? Compartiendo. Haciendo que más familias entiendan, respeten y acompañen desde el amor. Porque cuanto más seamos, más fácil será el mundo que les espera.
Gracias por estar. Gracias por no rendirte. 💛∞
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Susana Ariza Cantero
Divulgadora de autismo
susana@vivirelautismo.com
Bibliografía:
– Asociación Española de Pediatría. (2024). Guía de tratamiento farmacológico en TEA.
– Autistic Self Advocacy Network. (2023). Medication use and self-determination.
– Temple Grandin. (2021). Thinking in Pictures. Cap. 6.
– Vermeulen, P. (2020). El cerebro autista explicado a los no autistas.
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