“Mi hijo se ríe solo, a carcajadas, y no hay nada gracioso. A veces en medio de una bronca, otras cuando está muy nervioso… o incluso justo antes de llorar.”
Si te pasa, no estás sola.
La risa en el autismo a veces se ve, se oye y se interpreta… pero no se entiende.
Y cuando no se entiende, es fácil pensar cosas como:
- “Se ríe para fastidiarme.”
- “No le importa nada.”
- “No tiene empatía.”
- “Está loco.”
Pero ninguna de esas frases es cierta.
La risa no siempre significa alegría. Y en el autismo, muchas veces significa otra cosa.
¿Qué hay detrás de esas risas “sin motivo”?
- Risa por sobreexcitación: cuando están muy activados, el cuerpo necesita liberar esa tensión. A veces con rabietas… y otras con risa.
- Risa por ansiedad: algunas personas autistas, cuando están nerviosas, ríen. Es su forma de liberar el estrés, de soportar la incomodidad interna.
- Risa por placer sensorial interno: a veces disfrutan algo que no vemos: una sensación interna, una imagen mental, un recuerdo. Y no lo comparten porque simplemente no pueden o no saben cómo.
- Risa como estereotipia: igual que hay quienes aletean, se balancean o repiten frases, también hay quien ríe. Y puede que ni siquiera sepa por qué lo hace.
- Risa para regularse: en medio del caos interno, la risa les ayuda a autorregularse. No es una burla. Es supervivencia sensorial.
El caso de Dani
De pequeño lo hacía muchísimo.
Risas intensas, explosivas, que aparecían sin motivo aparente.
A veces justo después de una crisis. O en momentos de mucho ruido.
Y la mayoría de veces, por la noche, al irse a la cama.
Como si su cuerpo no supiera qué hacer con todo lo que había vivido durante el día.
Recuerdo verle llorar y reír a la vez.
Era desconcertante. Y claro, desde fuera parecía que se estaba riendo de la situación…
Pero no.
Era su forma de procesar lo que estaba sintiendo.
Hoy en día aún lo hace de vez en cuando, aunque mucho más suave.
Y cuando lo hace, ya no lo interpreto como algo raro ni problemático.
Ahora sé que es una señal. Una pista de cómo se siente por dentro.
Y una forma que su cuerpo encuentra para calmarse antes de dormir.
Una metáfora útil
Piensa en un globo que se está inflando demasiado.
Si no lo pinchas, revienta.
Pero si le haces una pequeña fuga de aire… se alivia.
La risa, a veces, es esa fuga.
Un escape de presión interna.
Un mecanismo que el cuerpo activa cuando ya no sabe cómo más gestionar lo que siente.
¿Qué puedes hacer tú cuando tu hijo se ríe “sin motivo”?
- ✅ Primero, respira tú. No lo tomes como burla ni desafío.
- ✅ Observa cuándo ocurre: ¿hay sobrecarga? ¿estaba nervioso? ¿está cansado?
- ✅ Valida lo que siente, aunque no entiendas por qué ríe.
- ✅ No le pidas que se calle. Ayúdale a regularse.
- ✅ Si puedes, acompáñale con calma: “veo que te estás riendo, ¿estás bien?”
- ✅ Después, si lo ves útil, ponle palabras: “A veces te ríes cuando estás nervioso, ¿puede ser?”
Y sobre todo: no lo ridiculices, ni le castigues, ni le obligues a reprimir algo que puede ser su forma de resistir.
Lo que no se ve también importa
La risa, como el llanto, tiene mil formas y mil motivos.
Y en el autismo, muchas veces es la forma que el cuerpo encuentra para decir:
“Esto me sobrepasa, pero sigo aquí.”
Así que si tu hijo se ríe sin motivo, no te asustes.
No está mal.
Solo está regulando algo que ni siquiera puede explicar.
Y tú puedes acompañarle mejor cuando dejas de buscar el motivo… y empiezas a ver la necesidad.
🔎 ¿Y si la risa no es por autismo?
En algunos casos muy poco frecuentes, la risa descontrolada puede estar relacionada con una forma rara de epilepsia llamada epilepsia gelástica.
No es lo habitual, pero es importante saber que las personas autistas tienen más probabilidad de desarrollar epilepsia que la población general.
⚠️ No te alarmes: en la mayoría de los casos, esta risa tiene un origen sensorial o emocional, y no hay motivo de preocupación médica.
✅ Pero si notas que la risa aparece de forma muy intensa, corta y repetitiva, sin causa aparente, y acompañada de mirada fija, rigidez o somnolencia después, conviene consultar con un neuropediatra para descartar cualquier origen neurológico.
A veces, lo que parece una conducta rara… tiene una explicación médica. Y saberlo te permite acompañar mejor.
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Susana Ariza Cantero
Divulgadora de autismo
susana@vivirelautismo.com
www.vivirelautismo.com
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