Vivir el Autismo

“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

¿Por qué mi hijo se golpea o se tira al suelo? La propiocepción en el autismo lo explica

¿Tu hijo se tira al suelo, se choca contra las paredes o aprieta muy fuerte sin darse cuenta?

No es que lo haga “a propósito”.
No es que “necesite límites”.
Muchísimas veces lo que necesita es… sentirse.

Porque la propiocepción es eso: el sentido que nos dice dónde está nuestro cuerpo en el espacio, cómo se mueve y cuánta fuerza estamos usando.

Y cuando este sentido está desajustado, el cuerpo se vuelve un misterio.
Se sienten desconectados, torpes, incómodos.
Y entonces… buscan regularse como pueden.


¿Qué es la propiocepción?

Es el sentido que nos informa de nuestras articulaciones, músculos y postura.
Nos permite saber, por ejemplo:

  • si estamos de pie o sentados,
  • si algo pesa mucho o poco,
  • cuánta fuerza necesitamos para coger un vaso sin romperlo,
  • cómo caminar sin mirar los pies,
  • si estamos tensos o relajados.

La propiocepción es esencial para sentirnos seguros y conectados con el cuerpo.


¿Cómo se manifiestan las dificultades propioceptivas en el autismo?

  • Niños que necesitan tirarse al suelo o chocar con cosas para “notarse”.
  • Peques que se aprietan mucho, se muerden o se balancean constantemente.
  • Dificultades para escribir sin apretar demasiado.
  • Torpeza al caminar, tropezones frecuentes o miedo a subir escaleras.
  • Niños que buscan cargar peso o se enfadan si no sienten suficiente presión.
  • Rechazo al contacto suave… pero disfrutan un abrazo fuerte.

Todo esto no es por manía ni por mala conducta. Es una necesidad sensorial real.


Metáfora para entenderlo

Imagina que vas por una carretera con niebla muy espesa.
No ves bien por dónde vas. Tienes que tocar cosas, ir despacio, tantear…

Así viven muchas personas con dificultades propioceptivas.
No sienten bien su cuerpo, así que buscan señales intensas que les digan: “estás aquí, este eres tú”.


¿Qué podemos hacer para ayudar?

  • Actividades que estimulan la propiocepción:
    – saltar, empujar, cargar peso (mochilas con libros, mantas pesadas),
    – hacer presión con el cuerpo (rollito de presión, apretar una pelota),
    – juegos de empujar la pared o yoga con posturas fuertes.
  • Incluir rutinas sensoriales antes de tareas que les cuesten:
    – 10 minutos de saltos antes de sentarse a hacer deberes,
    – un masaje fuerte antes de salir al cole,
    – cargar una bolsa con ropa sucia para ayudar en casa (y regularse).
  • Validar lo que hacen, sin juzgar.
    No están “haciendo el bruto”. Están intentando autorregularse.

¿Y el agua? ¿También cuenta?

Muchos niños autistas buscan el agua como forma de regularse.
No es solo porque “les guste”, es porque el agua les envuelve, les presiona, les da señales claras del cuerpo.

En el agua se sienten más seguros, más ligeros… o más conectados.
Pueden sentir mejor su cuerpo gracias al contacto constante, a la presión, a la temperatura, al movimiento…

Si ves que tu hijo se relaja muchísimo en la bañera, en la piscina o jugando con agua, ahí tienes una pista:
su sistema sensorial lo está pidiendo.

Aprovecha esos momentos como oportunidades de conexión y regulación.
Y si puedes, ¡dáselos a diario!


Una historia que me marcó

Una madre me contaba que su hijo de 5 años se tiraba al suelo con fuerza una y otra vez.
En el parque, en casa, en la calle.
Habían probado terapias de conducta, castigos, recompensas… Nada.
Hasta que alguien les habló de propiocepción.
Empezaron a incorporar rutinas de presión profunda. Un saco de dormir pesado. Actividades de empuje. Saltos regulados.
El cambio fue brutal.
Dejó de tirarse al suelo. Y por fin, empezó a hablar más.
Cuando el cuerpo se siente seguro, la mente también puede estarlo.


Dales el input que necesitan

No se trata de impedir que se muevan, se balanceen o busquen presión.
Se trata de ofrecerles formas seguras y respetuosas de satisfacer esa necesidad.

Porque un niño que no se siente en su cuerpo, no puede concentrarse, ni relajarse, ni aprender.

Y tú puedes ayudarle a volver a casa: su propio cuerpo.


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Susana Ariza Cantero
Divulgadora de autismo
susana@vivirelautismo.com
www.vivirelautismo.com


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