El abrazo que esperas… y no llega
Hay un momento que muchas madres imaginamos incluso antes de dar a luz:
Ese primer abrazo. Ese “te quiero” dicho con los brazos.
Pero cuando tienes un hijo autista, a veces ese momento no llega.
Y duele. Porque nos han enseñado que el amor se toca, se besa, se expresa con caricias.
Y si no hay abrazo…
¿Me quiere?
¿Sabe que le quiero?
¿Estoy haciendo algo mal?
No es rechazo. Es protección.
Tu hijo no te rechaza.
Tu hijo se protege.
Algunos niños autistas tienen hipersensibilidad táctil. El contacto físico no les calma, les satura. Les duele. Les abruma.
Un abrazo para ti puede ser consuelo.
Para él puede ser invasión.
No es personal.
No es que no te ame.
Es que su forma de sentir el mundo es diferente.
El amor se expresa de mil formas. Solo tienes que aprender a leerlas.
A veces tu hijo no te abraza, pero…
- Se sienta cerca de ti en silencio.
- Te da su juguete favorito.
- Se ríe contigo en la misma escena de siempre.
- Te busca con la mirada cuando suena algo fuerte.
- Te toca con la punta de los dedos… y sale corriendo.
- Te deja formar parte de su rutina, de su mundo.
Eso también es amor. Solo que no está en el idioma que conoces.
Cambia la pregunta
No te preguntes más: “¿Por qué no me abraza?”
Pregúntate:
- 👉 “¿Cuáles son sus formas de amar?”
- 👉 “¿Cómo puedo mostrarle amor sin invadirle?”
- 👉 “¿Qué momentos compartidos nos conectan?”
El día que entendí su abrazo invisible
Recuerdo una tarde. Estábamos los dos en el sofá. Yo agotada. Él con su coche girando ruedas.
Me acerqué, sin tocarle. Me quedé ahí, a su lado. En silencio.
Pasaron 10 minutos.
Y entonces, sin mirar, deslizó su coche hasta mi pierna.
Y volvió a girar la rueda. Pero esta vez, más cerca de mí.
No fue un abrazo. No fue un “te quiero”.
Pero fue su manera de decirme: estoy contigo.
Y ese día, entendí que a veces el amor se arrastra, se rueda, se desliza.
Pero llega.
Cómo acompañar sin forzar el contacto
🫶 1. Respeta su “no” corporal
Si se aparta, no insistas.
No digas “anda, dame un abrazo” con tono triste.
Eso no le enseña a querer. Le enseña a sentirse culpable.
🌱 2. Busca momentos compartidos, no solo físicos
Pueden ser:
- Una canción que os guste a los dos.
- Ver juntos un vídeo que le encante.
- Repetir una rutina divertida.
- Jugar en paralelo.
La conexión emocional no siempre necesita contacto.
✨ 3. Crea tu propio ritual de amor
Si no abraza, inventad algo juntos:
- Un choque de dedos.
- Un dibujo cada noche.
- Una mirada especial.
- Un gesto secreto.
Algo que os una y os pertenezca.
Tu hijo ama a su manera. Y tú aprenderás a leer su idioma.
No estás sola.
No estás fallando.
Estás descubriendo un nuevo mapa del amor.
Uno en el que no todo se toca, pero todo se siente.
Y créeme: cuando llegue su forma de decir “te quiero”, sea cual sea… lo sabrás.
Susana Ariza – Divulgadora de Autismo
Correo: susana@vivirelautismo.com
Web: vivirelautismo.com
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