A veces no pueden disfrutar ni de lo que desean. No porque no les guste. No porque no quieran. Sino porque su mente necesita que todo se haga de una forma tan concreta, tan precisa, tan suya… que si algo no encaja, se desmorona todo.
Esto le pasa a muchos niños autistas. Y a sus familias también, que ven con dolor cómo lo que más les gusta puede arruinarse por un pequeño imprevisto.
Hoy hablamos de eso: de cómo acompañar la rigidez desde la comprensión, para que no se convierta en sufrimiento.
No es terquedad, es necesidad de seguridad
La rigidez en el autismo no es un capricho ni una forma de llamar la atención. Es una estrategia de autorregulación. Para muchas personas autistas, el mundo es caótico, imprevisible, y lleno de estímulos que no pueden controlar. En medio de eso, tener rutinas claras, pasos repetidos y formas específicas de hacer las cosas les da seguridad.
Pero cuando algo se sale de ese guión, se desestabilizan. No porque no entiendan, sino porque su mente necesita tiempo para procesar lo nuevo, y eso genera angustia.
Metáfora: imagina que cruzas un río saltando por piedras. Si una piedra no está, no das un paso más. Aunque te digan que puedes nadar, tú no puedes. Tú necesitas que la piedra esté.
Cuando esa rigidez les impide hacer lo que quieren
Hay situaciones donde esa necesidad de control choca con su propio deseo. Como cuando quieren montar a caballo, pero se pasan tanto tiempo preparando la montura de forma meticulosa que al final no queda tiempo para montar. O cuando quieren ir a la piscina, pero se retrasan buscando un bañador que tiene que estar al fondo de la maleta y colocado de una forma exacta, y por eso pierden el autobús.
El problema no es que no quieran hacer la actividad. Es que su forma de llegar a ella es tan estructurada que cualquier variación los bloquea.
Y cuando eso pasa, el sufrimiento es doble: porque no pudieron hacer lo que querían y porque se sienten incomprendidos.
Cómo podemos acompañar con respeto y sin forzar
Acompañar estas situaciones no es fácil, pero se puede. Aquí van algunas estrategias que ayudan:
1. Validar lo que sienten
Nombrar su frustración sin juicio es el primer paso. Por ejemplo:
“Lo preparaste con tanto cuidado… y ahora no te queda tiempo. Eso da mucha rabia, lo entiendo.”
Evita frases como “siempre igual”, “te lo dije” o “ya deberías saberlo”. Solo agravan su culpa.
2. Anticipar y ensayar posibles cambios
No esperes a que ocurra el problema. En momentos de calma, hablad de posibles alternativas:
“¿Y si un día el bañador no está en su sitio, qué podríamos hacer?”
Podéis usar juegos, dibujos, cuentos o incluso muñecos para ensayar.
3. Apoyarse en lo visual
Crear tablas con opciones del tipo “Si no A, puedo B”. O representar con imágenes dos caminos posibles: uno ideal y uno alternativo aceptable.
Visualizar las opciones antes de que lleguen a la crisis ayuda mucho.
4. Introducir microvariaciones dentro de la rutina
No se trata de romper su estructura, sino de introducir flexibilidad dentro de ella. Por ejemplo:
“Hoy vamos a guardar primero la camiseta y luego el bañador. Solo cambiamos ese paso.”
Celebrad esas pequeñas variaciones como logros.
5. Crear zonas seguras y zonas flexibles
Hay rutinas que necesitan que respetemos al 100% (como su forma de dormir), pero podemos ensayar flexibilidad en otras (como el orden de los juegos). Establecer claramente qué puede cambiar y qué no, da tranquilidad.
La flexibilidad no se enseña con prisas
No se trata de forzar a cambiar ni de exigirles “ser más flexibles”. Eso solo genera más tensión. La verdadera flexibilidad se construye cuando se sienten seguros, comprendidos y acompañados. Poco a poco. Con tiempo. Con amor.
Y si un día logran adaptarse a un cambio, aunque sea mínimo… celebradlo como un triunfo. Porque lo es.
¿Te pasa esto en casa? No estás sola.
Acompaño a muchas madres que viven esto cada día. Si quieres recibir herramientas como esta en tu correo, puedes suscribirte gratis al blog aquí:
https://vivirelautismo.com/suscribete
Y si te apetece compartir lo que vives o preguntar a otras familias, estás invitada a nuestro grupo privado de Facebook:
www.facebook.com/groups/familiasquevivenelautismo
Espero que este post te haya ayudado. Si necesitas más ayuda, visita mi web:
www.vivirelautismo.com
Deja una respuesta