Para muchos niños autistas, perder en un juego o no lograr un objetivo puede sentirse como un fracaso absoluto. Esto se debe a que suelen procesar la información de manera muy literal y directa. Si pierden, pueden pensar que eso significa que lo han hecho mal o que no son lo suficientemente buenos.
Esta percepción rígida puede generar frustración, rabia e incluso rechazo hacia actividades en las que no siempre se gana. Sin embargo, aprender a manejar perder es esencial para su desarrollo emocional y social. Vamos a explorar cómo podemos ayudarles a enfrentar perder de manera más positiva.
1. Cambia el significado de perder
Para que tu hijo autista vea perder de otra manera, es importante redefinir lo que significa perder. El objetivo es que entienda que perder no implica ser menos capaz o que haya hecho algo mal, sino que es parte de cualquier proceso de aprendizaje.
Estrategias prácticas:
- Usa frases motivadoras y reales: Evita decir cosas como «No pasa nada» o «Es solo un juego», ya que puede interpretar que sus emociones no son válidas. En su lugar, prueba con frases como:
– «Hoy no hemos ganado, pero hemos aprendido algo nuevo para la próxima.»
– «Perder no significa que lo hayas hecho mal, solo que hoy no salió como esperabas.»
– «A veces se gana y a veces se aprende.» - Relata experiencias personales:
– «Recuerdo una vez que participé en una carrera y no gané. Al principio estaba enfadada, pero luego pensé en lo mucho que había mejorado desde la última vez que corrí.» - Usa ejemplos que le motiven:
– «¿Sabías que muchos inventores fallaron muchas veces antes de crear algo genial? Perder a veces nos empuja a buscar nuevas ideas.»
2. Predica con el ejemplo
Los niños autistas aprenden mucho observando a las personas que les rodean. Por eso, es importante que tú también muestres una actitud saludable ante perder.
Estrategias prácticas:
- Modela tu propia aceptación de perder:
– Cuando juegues con él y pierdas, en lugar de frustrarte, di: «¡Qué divertido ha sido jugar! Aunque no haya ganado esta vez, lo he pasado genial contigo.» - Muestra tus emociones de forma equilibrada:
– Si algo no te sale como esperabas (por ejemplo, una receta que no queda bien), comenta: «Vaya, esta tarta no ha salido como quería, pero estoy contenta de haberlo intentado. La próxima vez probaré a cambiar la receta.»
3. Juegos que enseñan a perder sin frustrarse
Algunos juegos pueden ayudar a trabajar la aceptación de perder de manera natural y sin presión. Lo ideal es que haya variedad entre juegos cooperativos y otros donde el azar también juegue un papel.
Ejemplos prácticos:
- Juegos de equipo: Juegos como «Dixit» o «La isla prohibida» fomentan el trabajo en equipo, donde todos ganan o pierden juntos.
- Juegos de azar: Juegos de dados o cartas, como el «Uno», donde el resultado depende en parte de la suerte, ayudan a que comprenda que no siempre está bajo nuestro control ganar.
- Juegos de estrategia gradual: Juegos como «Carcassonne» permiten construir poco a poco y valorar el proceso más que el resultado final.
4. Validación emocional: dejar que sienta
Es fundamental que tu hijo sienta que sus emociones son válidas, incluso cuando son intensas o difíciles de gestionar. No intentes cambiar su sentimiento de inmediato, sino acompáñalo.
Estrategias prácticas:
- Escucha y valida:
– «Sé que querías ganar y estás enfadado. A veces es difícil aceptar cuando algo no sale como esperábamos.» - Dale espacio para expresar:
– Puedes ofrecerle herramientas para descargar su frustración, como un cojín para apretar o un cuaderno para dibujar lo que siente. - Una vez más tranquilo:
– Propón reflexionar juntos: «¿Qué crees que podríamos hacer diferente la próxima vez?»
5. Crear momentos de reflexión y superación
Aprovecha los momentos de calma para hablar sobre perder sin la carga emocional del momento. Esto ayudará a que tu hijo procese mejor lo ocurrido.
Ejemplos prácticos:
- Historias de personajes conocidos:
– «¿Sabes que muchos deportistas pierden más veces de las que ganan? Lo importante es que siempre intentan mejorar.» - Diálogos en familia:
– Durante la cena o en un momento tranquilo, podéis compartir experiencias donde cada uno cuente algo que no salió bien y cómo lo gestionó.
Conclusión
Aprender a aceptar perder no es fácil para muchos niños autistas, pero con paciencia, comprensión y estrategias adaptadas, podemos ayudarles a ver que perder también forma parte del camino. Mostrarles que el esfuerzo cuenta más que el resultado y enseñarles a reflexionar después de perder les ayudará a construir resiliencia.
Susana Ariza Cantero
Divulgadora de autismo, Fundadora de Vivir el Autismo
susana@vivirelautismo.com
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Bibliografía
- Grandin, T. (2006). Pensar en imágenes. Editorial Alianza.
- Vermeulen, P. (2014). El cerebro autista. Editorial Autismo Ávila.
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