Vivir el Autismo

“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

La hipótesis de la alexitimia en el autismo: una clave para entender las emociones

En el mundo del autismo, es común escuchar que las personas autistas tienen dificultades para reconocer y expresar emociones, tanto propias como ajenas. Sin embargo, ¿qué pasaría si esas dificultades no fueran una característica intrínseca del autismo, sino de una condición que a menudo lo acompaña? Aquí es donde entra en juego la hipótesis de la alexitimia, un concepto que está revolucionando nuestra comprensión de la relación entre el autismo y la vida emocional.

¿Qué es la alexitimia?

El término “alexitimia” fue acuñado en 1973 por el psiquiatra Peter Sifneos y proviene del griego:

• A (sin),

• Lexis (palabra),

• Thymos (emoción).

Literalmente significa “sin palabras para la emoción”, y describe la dificultad o imposibilidad de identificar, diferenciar y expresar emociones debido a un procesamiento interoceptivo deficiente. En otras palabras, una persona con alexitimia puede sentir emociones, pero le cuesta reconocerlas y ponerles nombre.

Este fenómeno está relacionado con el funcionamiento de la corteza insular, una región cerebral clave en la integración de señales corporales y emocionales. También se ha vinculado con la amígdala y la corteza prefrontal, estructuras que desempeñan un papel fundamental en el procesamiento emocional.

Autismo y alexitimia: ¿qué dice la ciencia?

Las investigaciones indican que la alexitimia está presente en un porcentaje significativo de personas autistas, con estimaciones que varían entre el 20 % y el 65 %. Esto significa que no todas las personas autistas son alexitímicas, pero la coocurrencia es alta.

Un estudio liderado por Geoffrey Bird y su equipo utilizó resonancia magnética funcional para analizar el reconocimiento emocional en personas autistas. Cuando se excluyó la alexitimia como factor concurrente, no hubo diferencias significativas entre autistas y no autistas en la identificación de emociones. Esto sugiere que muchas dificultades en la lectura emocional, tradicionalmente atribuidas al autismo, podrían deberse en realidad a la alexitimia.

Otros estudios han reforzado esta hipótesis, demostrando que:

• La alexitimia, y no el autismo en sí, es la responsable de las dificultades para reconocer emociones en la voz de los demás.

• También se asocia con la dificultad para mantener contacto ocular en situaciones sociales.

Estos hallazgos han dado lugar a la hipótesis de la alexitimia, que plantea que muchos desafíos socioemocionales y de cognición social atribuidos al autismo en realidad tienen su origen en la alexitimia.

¿Por qué es importante diferenciar entre autismo y alexitimia?

Distinguir entre autistas con y sin alexitimia tiene implicaciones cruciales:

1. Brindar apoyos adecuados:

• Un autista sin alexitimia puede reconocer y procesar sus emociones de manera más clara, por lo que sus necesidades de apoyo serán diferentes.

• Un autista alexitímico, en cambio, puede tener mayores dificultades para regular la ansiedad y expresar cómo se siente, lo que requiere estrategias específicas como mindfulness y entrenamiento en reconocimiento emocional.

2. Evitar el “síndrome del impostor” en el autismo:

Muchas personas autistas, especialmente aquellas diagnosticadas en la adultez, sienten que no son “suficientemente autistas” porque no se identifican con ciertas descripciones del autismo. Esto puede deberse a que gran parte de la literatura sobre el autismo incluye características que, en realidad, corresponden a la alexitimia.

Estrategias para abordar la alexitimia en el autismo

Si una persona autista también tiene alexitimia, el objetivo no debe ser simplemente aprender un vocabulario emocional, sino desarrollar una conciencia interoceptiva. Esto implica:

• Ejercicios de escaneo corporal: prestar atención a las sensaciones internas para identificarlas mejor.

Registro de emociones: llevar un diario donde se anoten experiencias y reacciones corporales.

Terapias basadas en mindfulness: ayudar a conectar con el momento presente y mejorar la regulación emocional.

Conclusión

La hipótesis de la alexitimia nos obliga a replantearnos cómo entendemos el mundo emocional de las personas autistas. No todas las dificultades en la expresión y reconocimiento de emociones son producto del autismo en sí, sino que muchas pueden deberse a la alexitimia. Diferenciar entre ambos fenómenos es clave para proporcionar apoyos adecuados y para permitir que cada persona autista construya su identidad sin sentirse fuera de lugar.

Aprender a identificar y comprender nuestras emociones es un proceso que toma tiempo, pero que puede transformar la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.

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Coach en Neurodiversidad

Madre de autista

Especialista en autismo

www.vivirelautismo.com

Bibliografía

• Bird, G., Press, C., & Richardson, D. C. (2011). “The Role of Alexithymia in Reduced Eye-Fixation in Autism Spectrum Conditions”. Journal of Autism and Developmental Disorders, 41(12), 1556–1564.

• Sifneos, P. E. (1973). “The prevalence of ‘alexithymic’ characteristics in psychosomatic patients”. Psychotherapy and Psychosomatics, 22(2-6), 255–262.

• Brewer, R., Happé, F., Cook, R., & Bird, G. (2015). “Alexithymia in Autism: Cross-Sectional and Longitudinal Associations with Social and Emotional Functioning”. Journal of Autism and Developmental Disorders, 46(3), 1074–1087.

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