Vivir el Autismo

“Cuando entiendes a tu hijo, el autismo deja de ser un problema. Solo necesitas que alguien te muestre otra manera de mirar.”

Si mi hijo autista pudiera hablarme, me diría…

A veces, en el silencio, hay más palabras de las que imaginamos. Para quienes tienen un hijo autista no hablante o con dificultades en la comunicación, la incertidumbre puede ser abrumadora. ¿Qué siente? ¿Qué necesita? ¿Cómo puedo entenderlo mejor?

Si tu hijo pudiera expresarse con total claridad, quizás te diría algo como esto:

 “No estoy roto. No necesitas arreglarme.”

Soy diferente, pero mi forma de ser y de percibir el mundo no está equivocada. No me compares con los demás, ayúdame a ser la mejor versión de mí mismo.

 “A veces, el mundo es demasiado para mí.”

Los ruidos fuertes, las luces brillantes, el contacto inesperado… todo puede sentirse como una avalancha. Si me tapo los oídos, si necesito estar solo, no es un capricho. Es mi manera de protegerme.

 “No siempre puedo mirarte a los ojos, pero eso no significa que no te escuche.”

La mirada directa puede ser difícil para mí, pero te estoy prestando atención de otras maneras. Obsérvame y verás cómo me comunico a mi manera.

 “Mi forma de jugar y aprender puede ser distinta, pero es válida.”

Tal vez repita cosas una y otra vez o me enfoque en un solo tema durante mucho tiempo. No es obsesión, es pasión. Es mi manera de entender el mundo.

 “Cuando me frustro, no es porque quiera portarme mal.”

Si lloro, grito o me bloqueo, no es por desobediencia. Es porque algo es demasiado difícil, demasiado intenso o demasiado confuso para mí. Ayúdame con paciencia.

 “No hables de mí como si no estuviera.”

Aunque no pueda responderte con palabras, estoy aquí. Te escucho, te entiendo más de lo que crees. No me ignores ni hables de mí como si no estuviera presente. Mi voz puede ser diferente, pero sigo siendo una persona con pensamientos, emociones y dignidad.

 “Si alguna vez me pongo agresivo, no es porque quiera hacerte daño.”

A veces, siento tanto malestar dentro de mí que no sé cómo sacarlo de otra forma. Créeme, hago lo posible por contenerlo, pero hay momentos en los que simplemente no puedo más. No lo tomes como algo personal. No es contra ti. No es falta de amor. Es desesperación.

 “Necesito que adaptes el mundo para mí.”

No puedo cambiar mi forma de sentir y percibir, pero tú sí puedes ayudarme a que el entorno sea más amigable. Respeta mis sensibilidades, mis tiempos y mis características. Ya tengo suficientes dificultades… dame un espacio donde pueda ser yo mismo sin luchar constantemente contra un mundo que no está pensado para mí.

 “Aprende todo lo que puedas sobre autismo y neurodiversidad.”

No quiero que me entiendas desde los prejuicios o los mitos. Quiero que me conozcas de verdad. Infórmate, escucha a personas autistas, descubre cómo pensamos y sentimos. Cuanto más sepas, mejor podrás acompañarme y ayudarme a vivir en un mundo que a veces me resulta complicado.

 “Estoy aquí. Estoy contigo. Y te quiero a mi manera.”

Quizás no siempre pueda decirlo con palabras, pero cada gesto, cada pequeña acción es mi forma de demostrarte lo importante que eres para mí.

Entender a un hijo autista es un viaje de aprendizaje mutuo. No se trata de enseñarle a encajar en el mundo, sino de aprender juntos a hacer que el mundo también encaje con él.

🔗 Visita mi web para más información y recursos: www.vivirelautismo.com

💙 Si este post te ha resonado, dale like y suscríbete para seguir aprendiendo a acompañar a tu hijo de la mejor manera. Juntos podemos construir un camino donde se sienta comprendido, valorado y feliz. 💙

Susana Ariza

Coach especializada en Neurodiversidad

“Vivir el Autismo”

#autismo #neurodiversidad #autismonohablante #vozautista #empatia


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *