¿Te has preguntado por qué tu hijo parece «exagerar» ante ciertos ruidos, se tapa los oídos sin motivo aparente o se resiste a ponerse cierta ropa?
Eso que parece capricho o manía… muchas veces tiene una explicación sensorial.
En este post vamos a entrar en un mundo que pocas veces se explica bien: el procesamiento sensorial en el autismo. Y, sobre todo, te voy a dar las claves para entender qué puedes hacer tú como madre o padre para ayudar desde casa.
¿Qué es el procesamiento sensorial?
Es la capacidad que tiene nuestro cerebro para recibir, organizar y responder a la información que llega a través de los sentidos: tacto, vista, oído, gusto, olfato, propiocepción (conciencia corporal) y vestibular (equilibrio y movimiento).
Cuando este sistema funciona de forma diferente —como ocurre en muchas personas autistas—, la experiencia del mundo cambia radicalmente. Un sonido puede doler, una etiqueta puede molestar como una espina, una luz puede resultar cegadora.
No es exageración. Es otra forma de percibir.
¿Por qué es importante entender esto en el autismo?
Porque estas diferencias sensoriales están presentes en entre el 70% y el 95% de las personas autistas, y muchas veces explican sus conductas mejor que cualquier diagnóstico.
Cuando tu hijo se enfada al entrar en un lugar con mucho ruido, cuando huye del tacto o de ciertos alimentos, cuando busca moverse sin parar… es muy probable que no esté “portándose mal”, sino intentando autorregularse.
Y si tú entiendes lo que está pasando, puedes ayudarle de verdad.
Tipos de diferencias sensoriales (con ejemplos claros)
1. Hipersensibilidad (todo se siente “demasiado”)
- Se tapa los oídos en el recreo.
- Evita que lo toquen.
- No soporta luces brillantes ni cambios bruscos de temperatura.
- Rechaza alimentos por su textura o sabor.
2. Hiposensibilidad (necesita más estimulación para sentir)
- Parece no oír su nombre.
- Busca chocar o apretar objetos.
- Se balancea, gira o salta sin parar.
- No se da cuenta si se ha hecho daño.
3. Búsqueda sensorial (necesita activamente estímulos intensos)
- Muerde objetos.
- Golpea cosas solo por el sonido.
- Mira luces o patrones visuales hipnóticos.
- Se mete todo a la boca, incluso si no es comida.
4. Evitación sensorial (huye de lo que le molesta)
- No tolera ciertas prendas de ropa.
- Se niega a lavarse el pelo.
- Evita fiestas, baños, ciertas comidas o abrazos.
5. Dificultades de discriminación sensorial
- No distingue texturas o sabores sutiles.
- No identifica de dónde viene un sonido.
- Se tropieza o choca constantemente.
6. Dificultades en la modulación (respuestas desproporcionadas)
- Un día tolera algo y otro no.
- Reacciona con rabietas sin motivo aparente.
- Le cuesta mucho calmarse tras un estímulo.
Entonces… ¿qué puedes hacer tú?
1. Observa sin juzgar
Empieza a ver sus reacciones como pistas sensoriales. Pregúntate: ¿qué está sintiendo? ¿Qué estímulo puede haberle desbordado?
2. Adapta el entorno
- Usa auriculares para ruidos fuertes.
- Elige ropa sin etiquetas.
- Crea un rincón tranquilo en casa.
- Anticípale los cambios.
3. Ofrece oportunidades seguras de estimulación
- Columpios, masajes, plastilina, luces suaves.
- Juegos de presión, apretar, rodar.
- Espacios para moverse libremente.
4. Valida lo que siente
Frases como: “Sé que este ruido te molesta”, “Vamos a buscar algo que te ayude” hacen una gran diferencia.
Sentirse comprendido es el primer paso para poder autorregularse.
Frase para llevarte hoy:
No es un niño difícil. Tiene un cuerpo que procesa el mundo de forma diferente. Y tú puedes aprender a acompañarlo con calma y confianza.
¿Te gustaría compartir tu experiencia con otras madres que sí te entienden?
En mi grupo privado de Facebook “Familias que Viven el Autismo” encontrarás apoyo real, comprensión y herramientas prácticas cada semana.
Es un espacio seguro donde no estás sola y donde tu vivencia importa.
Solicita unirte aquí → www.facebook.com/groups/familiasquevivenelautismo
¿Y si necesito ayuda más concreta?
Muchas familias necesitan orientación específica para entender el perfil sensorial de su hijo y saber qué hacer en casa o en el cole. Si sientes que ya no sabes qué más probar, escríbeme. Te acompaño desde la experiencia y con herramientas reales.
Quiero recibir las herramientas diarias
Bibliografía recomendada:
- Ayres, A. J. (1979). Sensory Integration and the Child.
- Dunn, W. (2007). Evaluating sensory processing in daily life.
- Schaaf, R., & Mailloux, Z. (2015). Clinician’s Guide for Implementing Ayres Sensory Integration.
Espero que este post te haya ayudado. Si necesitas más ayuda, visita mi web:
www.vivirelautismo.com
Susana Ariza Cantero
Coach en Neurodiversidad · Fundadora de Vivir el Autismo
Divulgadora y madre de un hijo autista
susana@vivirelautismo.com
Deja una respuesta